La escasez de dinero circulante llevó al gobernador de la época a instalar la primera casa de acuñación de moneda en Valdivia.

Luego de la victoria patriota en 1820, Valdivia sufrió una importante escasez de dinero necesario para las transacciones comerciales, lo que llevó al gobernador Jaime de la Guarda y Valentín a recurrir a la generosidad del pueblo, solicitándole a éste reunir objetos de plata para poder acuñar monedas.

Se reunieron alrededor de ocho mil reales y cuatro mil onzas de plata provenientes de comerciantes y particulares, además de valiosas joyas donadas por las damas del pueblo.

Gracias a esto se pudo construir una casa de acuñación de moneda, la que se emplazó en el fundo Chunimpa ubicado al otro lado del río Cruces, frente al castillo San Luis de Alba, en la comuna de San José de la Mariquina. La acuñación estuvo a cargo del mismo dueño del fundo, Don Antonio de Adriazola.

Las monedas acuñadas fueron conocidas por el nombre de “chuninpanas”, poseían tres valores diferentes y llevaban distintos diseños mientras que en el reverso se marcaba su valor.

Sin embargo, las “chuninpanas” no se encontraban bajo el marco de la ley y  algunas ni siquiera pesaban lo correspondiente al valor que marcaban, por esta razón, en el año 1832 fueron retiradas y reemplazadas por monedas oficiales de la Casa de Moneda de Santiago.