Es la entrada costera a la Región de Los Ríos, y no una entrada cualquiera. Con una extensa playa, una reconocida caleta de pescadores, la desembocadura de un caudaloso río, la presencia de la Cordillera de la Costa y un mar libre de contaminación, este paisaje tiene su propio sello.
En la Comuna de San José de la Mariquina, 14 SUR llegó esta vez hasta el ocaso del río Lingue y su desembocadura en la Bahía de Maiquillahue, para conocer la magia de Mehuín y Mississippi, a 70 km al noroeste de Valdivia.
Hermosas playas, surtidas y coloridas caletas de pescadores, deliciosa gastronomía, además de una nutrida biodiversidad marina y terrestre nos reciben y prometen agasajar nuestra estadía.
Paradas Imperdibles
Nuestro punto de partida es la caleta de Mehuín. Más de 20 puestos en los cuáles encontrará la frescura de los mariscos y pescados recién extraídos del mar, con productos típicos de la zona tales como: piure, choro, almeja, lenguado, sierra, robalo, salmón, luche, entre otros; todos frutos del trabajo de pescadores, buzos y recolectoras en las aguas limpias del mar de Mehuín.
A un lado de este típico lugar encuentra un sitio con más de 20 años de historia y tradición: La «Cocinería Lafquenche», una parada obligada para todo visitante. Gracias al trabajo de 8 personas, divididas en diferentes turnos entre el verano y el invierno, podrá disfrutar de unas sabrosísimas empanadas de mariscos y contundentes platos con diversos tipos de pescados; productos que obviamente son totalmente locales, y a precios bastante accesibles.
El ancho y caudaloso río Lingue que proviene de La Cordillera de Mahuidanchi (Norte de la Cordillera de la Costa), dibuja una particular belleza tanto en su extenso humedal rico en biodiversidad de avifauna, como a los pies de la caleta de Mehuín, y en su encuentro con el mar, junto a una extensa Playa Grande, donde la espuma blanca se funde con el horizonte abierto al Océano Pacífico.
Opciones para alojamiento hay bastantes. Es común ver que muchas casas tienen carteles de arriendo de cabañas, además Mehuín también posee un Hotel y varias Hosterías En el caso de quienes quieran vivir una experiencia mucho más conectada con la naturaleza también pueden optar por acampar.
Frente a la plaza de Mehuín y a su playa grande encontrará el camping de la comunidad mapuche Rehue Lafquén, quienes ofrecen más de 30 cómodos sitios para una o dos carpas, sus respectivas mesas, una cocinería y exposición de artesanías, además de una vista inigualable a pocos metros de la playa. Proyecto totalmente autogestionado que busca generar no sólo asociatividad entre las diferentes comunidades y sus diversos servicios, sino que contagiar al turista y visitante con su principal motor, fomentar una conciencia medioambiental que les permita conservar la naturaleza que les rodea.
La comunidad a su vez está inserta dentro de una asociación que reúne a 11 comunidades mapuches, ubicadas desde San José de la Mariquina hasta la localidad de Chan Chan. En el Camping Rehue Lafquen se ha construido una ruca, la cual puede ser visitada por los turistas y fotografiada, pero sólo por fuera, explica Jaime Nahuelpan, representante de la Comunidad Rehue Lafquen: «La persona que quiera ver la ruca puede hacerlo, pero sacarle fotos por dentro no. Ésta, nuestra casa como le llamo yo, es para el uso de la comunidad; para aprender más del mapudungun, para nuestras reuniones«.
Un lugar que tiene mucha significancia cultural, «Tiene mucha fuerza, es distinta a una casa común y corriente aquí nos llenamos de energía y alegría, aquí yo analizo; pienso de qué forma voy a actuar, de qué forma voy a pedir al Chao dios que nos ayude para que sigamos viviendo en este lugar sin contaminación. Aquí el aire que aspiramos es puro, el mar donde tú te bañas y el marisco que comes es limpio, el agua con la que tomas mate es limpia, y eso es por lo que luchamos. No para nosotros, sino que para nuestros nietos y bisnietos«.
Mississippi
Frente a este generoso espacio para disfrutar del sol y la arena se ubica otra caleta que a lo lejos deja ver las casas de sus habitantes, una a una escalando el cerro. También caleta de pescadores y denominada con este nombre como se le conoce en la actualidad luego de que grupos de apoyo de Estados Unidos provenientes de la ciudad de Mississippi otorgaran ayuda humanitaria a las familias que sufrieron las consecuencias del devastador terremoto y tsunami de 1960.
A este bello y apacible sector se puede llegar por dos vías, la primera es un desvío que se debe realizar antes de Mehuín al virar por el camino de ripio hacia el sector de los Nevados. Y la otra es, simplemente, llegar a Mehuín y cruzar por la barcaza que sale en diferentes horarios desde la Caleta, o bien cruzar el gran puente recién construido sobre el río Lingue y que debiera ya estar habilitado para el tránsito vehicular durante febrero.
Otro atractivo que no se debe perder cuando visite esta parte de la costa valdiviana es la Villa Nahuel, lugar ubicado aproximadamente a 3 kms. antes de llegar a Mehuín urbano y donde encontrará productos naturales regados con agua de vertiente y nutridos con fertilizantes orgánicos; productos que pueden conseguirse en las mismas casas de quienes venden huevos, hortalizas, mote, o que incluso ofrecen talleres durante todo el año.
Las actividades que se desarrollan al interior de esta comunidad mapuche no sólo permiten a sus habitantes y miembros generar su propia alimentación, sino que colaborar con la conservación de la biodiversidad presente, al producir bajo escalas de impacto mínimas.
Junto a ello pretenden transmitir al turista la importancia de conservar el entorno natural, tal como cuenta Rosi Nahuelpán, integrante de la comunidad Mapuche Villa Nahuel: «Es importante que la gente valore y sea consciente de lo importante que es proteger la riqueza que tiene el mar de Mehuín. La idea de estos emprendimientos -como les llaman- vienen de antes. Si nosotros trabajamos es para mantener la economía sustentable, porque acá en Villa Nahuel no hay personas que trabajen a sueldo, pero sí trabajan la tierra, el río, el mar y de esa forma nos mantenemos, esa es la idea de la artesanía y de los invernaderos; una para autoconsumo, y otra para trabajar acá mismo«.
Así finalmente, Mehuín y sus alrededores se convierten en un paseo obligado durante todo el año, y, por sobretodo, en un gran tesoro de la costa de la Región de Los Ríos que debemos conservar y proteger.
Por Natalie Gilbert