El patrimonio olvidado que aún se mantiene en pie.
En Valdivia paseamos y recorremos día a día calles llenas de historia, muchos de nosotros no sabemos que hubo ahí antes de nuestros pasos. ¿Se ha preguntado qué había, por ejemplo, en calle Independencia antes de ser una de las calles más transitadas del centro de la ciudad?
Muchas veces olvidamos mirar al cielo y observar nuestra ciudad y los restos de historia que quedan en ella, muchas veces obviados pero jamás ausentes.
Ahora, parte de nuestra ciudad y dos de sus emblemáticos “monumentos” han sido escogidos para participar en los “7 Tesoros de Patrimonio Cultural de Valdivia”, un concurso de votación ciudadana, organizado por Bureau Internacional de Capitales Culturales, en el marco de la designación de Valdivia como Capital Cultural Americana para el 2016.
Teniendo en cuenta la riqueza patrimonial de la ciudad es importante conocer bien cuál es el pasado de las calles y lugares que día a día nos acogen.
Empecemos por el centro de la ciudad. En el año 1875, la calle Independencia lucía los mismos edificios que vemos actualmente, sin embargo, su uso era bastante diferente al que se les da hoy. Frente a la que hoy es una notaría y justo donde se encuentra la casa central de la UACh antiguamente había un caserío, claro, un caserío de casas enormes eso sí, usted comprende, la amplitud de las familias de antaño con su peculiar picardía.
En la Avenida Arturo Prat, alrededor de 1890, existía y funcionaba el Vapor Chillán. Muebles, telas y vestuario, entre otros artículos, eran producto de las importaciones y exportaciones que ahí sucedían, cuando la costanera aún funcionaba como centro de comercio.
Camilo Enríquez en su intersección con la calle Carampangue también tiene su historia. En 1853 se fundó ahí el primer cuartel de bomberos de la ciudad y el segundo en Chile, la Compañía de Bomberos “Germania” ya estaba presente en nuestra ciudad.
El ex Edificio de las multitiendas Taboada, antes fue el edificio del Banco Alemán Transatlántico, luego de un incendio en su primera ubicación. Este banco vio su fin tras la segunda guerra mundial y sus “listas negras” en cuanto a transacciones.
En realidad, a veces sólo basta con levantar un poco la vista y mirar las edificaciones que nos rodean, Valdivia es una ciudad que en cuanto a arquitectura ha logrado mantener su particularidad, ya que muchos de los edificios “viejos” siguen ahí, sólo que ahora son utilizados con fines distintos a los de su creación.
Es importante cada tanto distinguir la importancia de nuestro patrimonio, ese patrimonio que pese al “progreso” permanece ahí, intacto, transformando Valdivia una de las ciudades con más riqueza histórica del país.
Cómo dejar fuera de este recorrido por l
a antigüedad a nuestra Plaza de la República -que lleva este nombre desde 1820- cuya superficie acogía cuatro estatuas que simbolizaban El Comercio, La Industria, Las Ciencias y Las Artes Liberales, además de un carrusel de fierro fundido, todos estos implementos decorativos llegados directamente desde Francia. ¡Qué lindo sería conservar aún parte de estas estructuras que decoraban y engalanaban con gracia nuestra ciudad!
El remo también destaca por su importancia en la historia deportiva de la perla. En 1928 se celebra la primera semana valdiviana, en ésta participaron las inéditas bogadoras del Club Phoenix con timonel varón, para celebrar la primera regata de la ciudad. Cabe destacar la vestimenta de las bogadoras, que lucían vestidos más adecuados para una fiesta que para un evento deportivo, según el registro fotográfico.
Queda más que claro que la ciudad de Valdivia fue y sigue siendo una de las más lindas del país, llena de belleza y de nostalgia.
Y así es como, sin darnos cuenta, transitamos por una ciudad llena de historia, llena de patrimonio, basta mirar hacia arriba e imaginar. La invitación está abierta y lo mejor de todo es que es gratuita, disfrute, sonría e imagine, que no cuesta nada.
Por Rocio Oyarzún