Visitar circuitos de pueblos originarios, es una de las alternativas que presenta la región de Los Ríos para compartir experiencias y vivencias de nuestros antepasados.
Acontinuación les contaremos sobre una gratificante experiencia que vivimos como revista en distintas localidades de la comuna de Panguipulli, en la culminación del proyecto «Nodo de Turismo Comunitario y economía solidaria en las zonas de amortiguación del Parque Nacional Villarrica y Reserva Nacional Mocho Choshuenco», llevado a cabo por el Centro de Estudios Ambientales de la Universidad Austral de Chile.
El proyecto se inició en mayo del 2013 para generar una red comunitaria entre los distintos emprendimientos mapuches de la zona, formando un gran circuito de turismo comunitario denominado Meliko Felen, el cual abarca el 60% del territorio de Panguipulli, desde Lican Ray hasta Choshuenco. El circuito, abarca 51 emprendimientos que varían desde la gastronomía y artesanías hasta relatos de loncos y cuenta «Epew» (cuentos ancestrales).
El primer lugar que conocimos fue el Quincho en forma de ruca «Donde la Nina», el cual se ubica camino a Liquiñe. En este rústico y cómodo lugar, gran parte de los emprendedores de comunidades mapuches y rurales del proyecto, se reunieron a compartir las experiencias vividas por cada uno. Tras el grato recibimiento, nos dirigimos al comedor campestre Lelful Lyael ubicado en Coñaripe (Los Cajones s/n), donde además de disfrutar de una contundente cena, tuvimos la oportunidad de observar el partido de fútbol entre las selecciones de Chile y Perú, donde afortunadamente fue triunfo nacional.
También como parte de la bienvenida, Guillermo Pacheco y Cristián Henríquez, organizadores del proyecto, realizaron una presentación sobre lo que han trabajado hasta el momento en conjunto a las comunidades, donde enfatizaron que la finalidad del proyecto, más allá del turismo comunitario, no es crear grandes empresarios turísticos, sino personas que utilicen sus conocimientos y talentos, de manera que se sientan satisfechos consigo mismos y ante la comunidad en general.
Al día siguiente y bien temprano, nos dirigimos a la playa mapuche de la comunidad Felipe Caripán, ubicada en la localidad de Traitraico, a orillas del río Calafquen. En el lugar, nos esperaba el Lonko Genaro Caripán, quien nos contó la historia del lugar y cómo familias adineradas han querido apoderarse del sitio desde hace más de medio siglo. Tras esto, la próxima estación fue la casa de uno de los hijos de Genaro Caripán, donde nos esperaba la cuenta epew Erminda Huelipen, quien por lo demás es la esposa del Lonko.
Fueron dos cuentos los que contó la señora Erminda, quien durante el desayuno logró que mi café se enfriara por la calidez de su relato, los que mezclan el idioma español y Mapudungun.
Pasado el mediodía íbamos camino a Pocura Alto, donde nos esperaba Dominga Catricura, dueña de un Herbario particular con más de 100 tipos de plantas, tanto medicinales como de adornos.
Destaco que la señora Dominga también ofrece el servicio de Senderismo para niños y adultos mayores. Después fuimos a la Feria de Pocura, donde nos esperaban una decena de mujeres y un abundante almuerzo.
En el lugar pudimos escuchar la historia sobre su creación que sólo es constituida por mujeres. Hoy en día forman una organización reconocida por la comunidad que se llama Agrupación de Artesanos y Agricultores de Pocura, y se ha convertido en un emprendimiento gastronómico único en la zona.
Tras quedar satisfechos, y luego de compartir experiencias con las mujeres de la feria, nos dirigimos a la zona limítrofe con la Región de la Araucanía (Lluncura), específicamente al Fortín Mapuche, un lugar histórico de la zona, que sirvió tal como lo dice el nombre, como un fortín de las comunidades en el conflicto con los españoles durante la colonia.
Los dueños y encargados de mantener viva la historia del lugar son la familia Chincolef Huenuman, quienes también enseñan a los visitantes/turistas a realizar tortillas de rescoldo en vivo y en directo. Finalmente, terminamos la jornada en el quincho Tañi Ruka, ubicado en el km10 de los Cajones, donde nos agasajaron con aperitivos, cenas, postres y degustación de licores de la zona, que sirvió también como culminación de esta gran experiencia.