En palabras de Descartes, la glándula pineal sería la conexión  del cuerpo con el alma. Para los hinduistas, correspondería al tercer ojo.  Actualmente, en occidente, las prácticas que dicen producir su activación, prometen beneficios asombrosos a partir de la utilización del completo potencial de nuestro cerebro.

 gland_1-2La glándula pineal o Epífisis, es probablemente, la zona del cuerpo humano que ha despertado una mayor curiosidad en términos esotéricos en diversas culturas.

Corresponde al centro de poder superior que en las antiguas tradiciones místicas ha sido identificado como el tercer ojo, la visión del Ciclope, el Ojo de Horus o el poder de Dios.

Biológicamente, la glándula pineal o epífisis, es una estructura ubicada en la base del cerebro que produce la melatonina o «hormona del sueño», que se encarga de regular los ciclos de sueño/vigilia en los seres humanos. En adultos mide de 5 a 10 mm de diámetro y pesa alrededor de 150 mg.

Actualmente, el llamado método de activación interna de la glándula Pineal ha ganado muchos adeptos. Según esta práctica, que propone Fresia Castro en su libro «El Cielo está abierto» sería posible a través de ejercicios similares a imaginerías, abrir este ojo escondido, desatando todo el poder de nuestro espíritu.

Esto nos volvería capaces de usar toda la capacidad cerebral que no utilizamos cotidianamente y así, podríamos manifestar en nuestra realidad, aquellas cosas que guardamos como nuestros más profundos deseos.

Según lo que nos enseña la ciencia, el rol principal de la glándula Pineal sería detectar los cambios en la luminosidad del ambiente y, frente al estímulo de la oscuridad, producir la hormona melatonina, que actúa como una especie de somnífero natural. Por esta razón, la glándula Pineal es conocida como nuestro «Reloj Biológico».

Se sabe además, que la melatonina corresponde a una molécula poderosamente anti-oxidante y con posibles propiedades anti-cancerígenas.

El filósofo francés René Descartes planteó que la Pineal era aquello que conectaba al cuerpo con el alma o que la contenía. Dicha propuesta surgía debido a que esta estructura no se encuentra duplicada bilateralmente en el cuerpo.

En la contraparte, el Dr. Miguel Domínguez, endocrinólogo de la Clínica Alemana de Valdivia, comenta en el portal de noticias de dicho establecimiento, que también existe un lado amargo de esta «hormona maravilla» y es que nuestro cuerpo fábrica la melatonina a partir de otra molécula muy importante para nosotros como es la serotonina. Esta última, es una sustancia que está encargada de hacernos sentir bienestar y «felicidad».

Niveles reducidos de serotonina en el cerebro, se han relacionado con patologías como la depresión. Entonces, si para producir melatonina, necesito quitarle a mi cuerpo la serotonina, una producción excesiva de la hormona del sueño, podría dar como resultado, un trastorno del ánimo.

De hecho, esta sería la base científica de la llamada «depresión estacional», que se genera en las estaciones de poca luz.

Según el especialista, hasta ahora solamente se conoce como elemento activador de la glándula pineal a la oscuridad, y a su juicio, una terapia solo podría ir dirigida en ese sentido. «Quizás unos ejercicios especiales pueden relajar y hacer sentir bien, pero ¿activar la glándula?, no está probado».

Por otro lado, en el ámbito de la investigación, en la Universidad Austral de Chile se desarrolla un proyecto donde se busca estudiar a nivel molecular y celular, los efectos de la melatonina.

Al respecto, el bioquímico Hugo Galdames, afirma que si bien queda mucho camino por recorrer para poder dilucidar los mecanismos a través de los cuales actúa esta fascinante hormona, los avances que se han dado son muy auspiciosos. «Nosotros la estudiamos en un modelo de cronodisrupción, alterando los periodos de luz y oscuridad en ratas preñadas (simulando lo que ocurre cuando se trabaja en turnos rotativos); se sabe que esta hormona es capaz de difundir o pasar a través de la placenta, sin ser alterada, además se sabe que el feto no produce melatonina, pero que sí presenta receptores para ella en diversos órganos, y por lo tanto la melatonina encontrada en el feto tendría que ser proveniente de la madre».

Por Macarena Solís