Cerca de la comuna de Corral en la XIV Región del País, se encuentra una de las principales caletas pesqueras de la zona, nos referimos a San Carlos de Corral. Lugar que guarda vestigios de la cacería de ballenas, actividad que actualmente ha desaparecido de las costas chilenas, pero que aún recuerda a las sociedades que se formaban en torno a dicha industria. En esta edición de 14 Sur haremos un paneo entre 1906 y 1937.
Existen pocos antecedentes sobre la cacería de ballenas en las costas de la Región de Los Ríos, antes de la formación de la Sociedad Ballenera y Pescadora de Valdivia. Sin embargo, algunos libros hablan de una caza tradicional realizada con chalupas a remo (pequeñas embarcaciones) y arpón de mano. De hecho, había una Compañía Pesquera y Ballenera formada por Paulino Araya, la cual se instaló en San Carlos de Corral.
Más tarde, los señores Klempau, Andwandter y Cía. compraron algunos implementos a la Compañía de Paulino Araya. Al ver la rentabilidad en la industria decidieron aliarse con otros comerciantes locales formando la Sociedad Ballenera y Pescadora de Valdivia en 1906.
Una vez constituida la directiva y fundados los estatutos de la Sociedad, la estación terrestre estaba en San Carlos de Corral, en ella sólo se podía aprovechar el aceite de la ballena, desperdiciándose tanto carne como huesos del animal. Pronto llegó el Germania, ballenero alemán.
Al pasar los años se vio la necesidad de construir una fábrica de guano, conseguir remolcadores y comprar un nuevo buque cazador. La disminución del precio de aceite produjo temores, entre los accionistas y la directiva de la Sociedad, llevando a la venta y disolución de la empresa.
Posteriormente se formó la Sociedad Ballenera Christensen & Cía. Y la A/S Corral, las que se sitúan entre el año 1909 y el año 1913. La primera consideró el capital noruego como fuente de trabajo indispensable para plasmar los objetivos industriales, no obstante y corriendo una suerte parecida a la Sociedad Ballenera y Pescadora de Valdivia, tuvieron que vender para que se fundara la segunda instancia.
Entre el 1913 y el 1936 encontramos la Sociedad Ballenera de Corral, consorcio chileno que dominó la caza de ballenas en las costas chilenas por más de 20 años. Los ingresos fueron favorables, sin embargo; pérdidas considerables hicieron que se vendieran los activos y pasivos a la Compañía Industrial S.A. INDUS.
Esta última continuó cazando ballenas desde Huafo y San Carlos, pero sólo durante un par de años. Todo ciclo tiene su fin y las instalaciones de San Carlos primero pasaron a ser bodegas para conserva y luego a desocuparse.
La gente de la costa valdiviana recuerda la época ballenera con entusiasmo. “cuando no podían entregar su carga porque había mal tiempo, se quedaban acá en la bahía. Entonces era común ver en invierno a dos o tres balleneros con 5 ejemplares flotando, porque les inyectaban aire” comentó, Sergio Campos.
En total, en este periodo ballenero, se capturaron entre todas las Sociedades unos 6.262 ejemplares, con un promedio anual de 209 ballenas. Hito que recuerdan los más jóvenes de esa época y que se aprecian turísticamente en los restos que hoy acaricia el viento.