Se desconoce la forma para erradicarla totalmente, sin embargo, un actuar responsable puede apaciguar su crecimiento y evitar su propagación.

El Didymo (Didymosphenia geminata), o también conocido como “Moco de Roca”, es un alga unicelular originaria de la región templada fría del Hemisferio Norte y que se reproduce rápidamente, motivo que la cataloga como una especie invasiva. En Chile ya es considerada como plaga; su esparcimiento es muy simple y sólo se necesita una célula infectada para que contamine ríos y lagos.

La permanencia y dispersión de esta microalga se desarrolla en flujos con alta cantidad de agua potable y oxígeno, soportando un gran número de peces. Por esta razón, los caudales de agua dulce de la región son el hábitat ideal para esta plaga.

En la Región de Los Ríos, la aparición de Didymo se detectó tras recibir una denuncia en noviembre del año 2012, fecha en la que se descubrió su presencia en tres cursos de agua: río Fuy, río Enco y río Llanquihue.

Además, cerca de la comuna de Valdivia, esta alga ya comienza a mostrar sus primeros brotes, específicamente en el río Calle – Calle a la altura de la ciudad de Los Lagos; concretamente en el río San Pedro, zona donde aún es visible de forma microscópica. Sin embargo, el mayor problema que ocasiona esta plaga es que una vez infectado algún sector, hasta ahora, es imposible desinfectarlo totalmente, por lo que sólo es viable controlar su dispersión.

Cómo actúa y en qué afecta.

El Didymo, una vez adherid o a los sustratos rocosos, crece y se expande, esto provoca su inevitable presencia por toda la cuenca del río, el que a la postre es contaminado Didymo-Rio-Fuypara siempre.

Una vez que crece, esta plaga crea una alfombra de moco en el fondo de los ríos –de ahí el apodo “moco de roca”-; la que no permite la alimentación ni la reproducción de peces, rompiendo la cadena alimenticia en un determinado entorno.

Otras incomodidades que puede provocar son la obstrucción de cañerías y la disminución de turistas, ya que su aspecto y textura son abruptamente invasivos y desagradables para el paisajismo de las localidades contaminadas; no obstante, cabe recalcar que su presencia no causa daño físico en las personas.

Cómo se previene.

En nuestro país, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) es la entidad encargada de controlar y fiscalizar la propagación del Didymo, iniciativa que impulsa la concientización de quienes practiquen la pesca recreativa, los deportes acuáticos (bote, kayak, rafting, remo, entre otros) o simplemente decidan bañarse un momento junto a su familia o amigos.

“La propagación de esta plaga se debe únicamente al factor humano, no existe otro forma”, asegura Víctor Cárdenas, Director Regional Subrogante de Sernapesca Los Ríos. A consecuencia de esto, Cárdenas sugiere “remover la presencia visible de algas en los implementos y vestimenta que tuvieron contacto con el agua, lavar las indumentarias y objetos pertinentes con detergente lavalozas o desinfectante, y finalmente secarlos adecuadamente, porque de esta forma el Didymo no podrá sobrevivir”.

Recordar que no debemos alarmarnos si hallamos una mucosidad viscosa en los ríos de la región, también es probable que sean algas propias de la zona, aunque ante cualquier duda, lo recomendable es sacar una muestra y llevarla inmediatamente a las oficinas de Sernapesca.

didymo-Rio-EncoDe todas formas, el Didymo no es dañino para la salud, pues sólo perturba el paisaje, algo no menor considerando los ingresos económicos que se facturan gracias al turismo; desde la señora que vende sopaipillas hasta los hoteles de la región, todos podemos ser víctimas de esta plaga si no somos responsables con el medio ambiente.

Por Claudio Castro