A sólo 25 kilómetros del centro de Valdivia, se encuentra un lugar lleno de magia, historia y de una exuberante naturaleza. Punucapa, “tierra fértil para las legumbres” y lugar de asentamiento de huilliches y españoles desde la colonia y que se transmite por todos lados .

Punucapa-4Punucapa o Ponucapa es un pueblo de origen prehispánico compuesto de una sola y larga calle de tierra ubicado a la ribera occidental del río Cruces. Su nombre proviene del mapudungun Kunukapi que quiere decir “tierra fértil para el cultivo de legumbres”. Además es la llamada puerta de entrada para el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter, por lo que hay cientos de visitantes año a año interesados en la ecología y en las aves nativas como el cisne de cuello negro.

Hay dos formas de llegar a este lugar lleno de magia y misticismo. La primera es a través de la ruta terrestre que recién se inauguró en 1987; antes de eso la única ruta de acceso era navegando en río Cruces. De hecho, según las crónicas españolas, los indígenas bajaban el río en canoas para intercambiar sus productos. A partir de fines de los ochenta, esta localidad tuvo un auge en lo económico y en la conectividad de los lugareños con la ciudad.

Incluso ahora, a pesar de ser un camino de ripio en el que no se puede conducir a velocidad muy alta, el paisaje con árboles centenarios y la vista hacia el río maravillan a cualquiera. Se puede, de hecho, parar en el trayecto para tomar fotografías del camino y de cómo se llega al mismo.

Tanto ha crecido la actividad en este sector que en él se encuentra el centro de eventos Altos del Punucapa, el cual es 100% ecológico, y se ubica en un ambiente rodeado de naturaleza y de comodidad para el visitante.

La segunda ruta comprende un viaje de cuatro horas, e inicia con un zarpe desde el muelle Schuster. Se trata de un viaje que te lleva hacia el pasado, desde que comienzas a navegar por el río Valdivia, pasando por el Cau-Cau y Cruces para llegar al acceso fluvial del Parque Oncol y al fundo San Ramón que perteneció a la familia Manns.  Aún se mantiene la fachada y estructura de la casa de la familia, convertida en museo, y en cuyas paredes cuelgan fotografías que retratan su historia de inmigrantes y colonos alemanes, tan reconocida por el espíritu emprendedor como por su conexión con la naturaleza.

Desde el mirador del fundo San Ramón se puede ver el humedal del río Cruces, que alberga a más de 100 especies de aves, 19 mamíferos, 8 anfibios y 17 tipos de peces. Incluso desde las motonaves y lanchas que cruzan el río, se pueden ver diferentes especies como coipos,  cisnes, pollollas y lobos marinos.

En un lugar habilitado y dispuesto por los administradores del fundo, se disfruta de una exquisita once alemana para luego continuar hasta Punucapa, una localidad de 500 habitantes, quienes han sabido cuidar el legado de los colonizadores como la hermosa Iglesia de La Candelaria, la cual cada 2 de febrero recibe a los cientos de visitantes y peregrinos para celebrar a la Virgen.

La imagen de la Virgen de la Candelaria que se encuentra en la iglesia fue donada por doña Carmen Gómez Campillo, nieta del antiguo propietario del Corcovado y vinculada a las nobles familias de Valdivia. Las ropas de la imagen fueron confeccionadas por doña Emiliana Carvallo de Lorca. El color Rojo de su Vestido, el Celeste de la Cinta y el Azul de su Capa, es propio de Punucapa y no se usan en las imágenes de otros lugares de Chile.

También existen en esta larga calle muchas casas con hermosos letreros de venta de kuchenes, conservas, licores y cervezas; como la fama que posee por la particular fábrica de chicha, sidra y vinagre de manzana, los cuales son elaboradas con variedades de esta fruta traída por los españoles, los cuales son realizados por la compañía Punucapa Agropecuaria Ltda., nacida en marzo de 1996, a través de un grupo de pequeños agricultores de la localidad, para trabajar y dar valor agregado a las manzanas de sabor agridulce existente en los huertos añosos, prácticamente sin manejo químico. Ahora bien, desde que instaló nuevos estanques de almacenamiento ha dejado atrás la producción artesanal de estos productos derivados de la manzana.

Siempre se recomienda visitar Punucapa en verano cuando se realizan la mayoría de las fiestas, sin embargo, este lugar es tan encantador que se puede ir durante todo el año.

Por Carla Ilabaca