El parapente es un planeador flexible construido con una vela que tiene una apariencia parecida al paracaídas y que te permite despegar y aterrizar a pie.
En Valdivia existe un grupo de amigos que desde septiembre hasta marzo vuelan sobre las playas de la costa. Ven a conocer su historia.
El parapente es una modalidad de paracaidismo deportivo que nace a fines del siglo XX tras la iniciativa de montañeros que buscaban bajar volando en paracaídas desde las cimas que habían logrado alcanzar. Este deporte consiste en lanzarse desde una pendiente bien pronunciada con un paracaídas desplegado y realizar un descenso controlado aprovechando las corrientes de aire para prolongar la bajada.
En Valdivia, la temporada de parapente comienza en el mes de septiembre y se extiende hasta marzo. Debido al clima lluvioso, no es posible practicarlo en otra época del año, ya que las condiciones no son las apropiadas para garantizar la seguridad de quienes pilotean estos artefactos.
Durante la primavera y verano, es habitual ver cómo estos parapentistas surcan los cielos de la costa valdiviana en los sectores de las playas de San Ignacio, Calfuco y Curiñanco. Desde el 2003, el piloto de parapente, Alejandro Cea (43), comenzó a realizar este deporte junto a otros amigos. Su deseo de hacer paracaidismo hizo que se enamorara de esta disciplina que es mucho más accesible y fácil. «En la actualidad son más de 20 personas las que se han sumado a esta tendencia que se encuentra en pleno desarrollo. En un comienzo no éramos más de tres personas que nos atrevíamos a volar», explica.
Se estima que este innovador deporta llegó a mediados de los años noventa a Valdivia, en ese momento muy pocas personas podían practicar el parapentismo, producto del alto precio de los equipos y el poco conocimiento que se tenía sobre esta rama del paracaidismo. Actualmente en Valdivia, existen varios grupos de amigos que monitorean constantemente las condiciones del clima para reunirse y despegar los pies de la tierra por algunos instantes.
Cea desde que comenzó esta disciplina ha volado cerca de 100 horas. El piloto comenta que en Valdivia no existen clubes o asociaciones de personas que realicen parapente, sino que sólo amigos que se reúnen cuando se dan las condiciones climáticas para salir a volar y disfrutar de un momento con los pies bien lejos de la tierra.
Desde su experiencia, el piloto afirma que «cada vez que vuelas es una experiencia increíble. Te desconectas de la tierra, te desconectas de los problemas y del trabajo. Te desconectas al punto de que sólo disfrutas al sentir el viento en la cara y al estar atento al vuelo. Este deporte sólo te permite dedicarte a disfrutar», afirma.