Fue un episodio catastrófico el que llevó a esta emprendedora a tomar la decisión de introducirse en el mundo del chocolate artesanal y sacar adelante su propia marca.
Paulina Véliz se radicó hace unos años en la ciudad de Valdivia luego de abandonar Santiago el año 2007.
Al dejar atrás el estrés de la capital Paulina comenzó a notar que tenía mucho tiempo libre y nada en que invertirlo. Recordó a sus vecinas de Santiago que en una oportunidad le enseñaron como hacer alfajores, y la idea de hacer sus propios chocolates comenzó a darle vueltas en la cabeza.
Sin embargo, el temor de embarcarse en un proyecto y poder llevarlo a cabo no se esfumó sino hasta el 27 de febrero del año 2010.
“Fue el terremoto el que hizo que me diera cuenta que yo ‘me la podía’, porque en el momento en que ocurrió yo fui la que llevó el control de la situación y me preocupé de mi familia. En ese instante no tuve miedo”
Fue entonces que Paulina decidió apostar por el negocio de los dulces artesanales y comenzó a fabricar mermeladas, cuchuflis y alfajores bañados en chocolate. En primera instancia solo vendía sus productos en la calle, pero luego, gracias a un amigo, comenzó a venderlos en el Punto Copec de Aníbal Pinto.
Hoy Paulina posee su propia marca, “Productos Poly”, la que se encuentra a la venta en distintos sectores de la ciudad como el Punto Copec de René Schneider, el Supermercado Torobayo que se ubica camino a niebla, el Minimarquet Riñihuaso, el “Mercadito” de Isla Teja, y en el local N°1 del Terminal de Buses.
Todo esto gracias a que se hizo acreedora de un Programa de Emprendimiento Local (PEL), en el que le brindaron asesorías técnicas y un capital base para continuar con su negocio.
“Me enseñaron a trabajar con el chocolate, a elegir cuál es el que posee el mayor porcentaje de cacao para realizar confites de mejor calidad.”
Próximamente Paulina comenzará a fabricar bombones de chocolate y espera expandir su negocio para que sus productos puedan ser vendidos en otros sectores de la ciudad de Valdivia.