Antonio Suarez llegó desde Santiago a la ciudad de Futrono de vacaciones, y se quedó por amor en estas hermosas tierras de la región de los Ríos, y creó una empresa familiar que se mantiene hasta hoy con grandes ventas y una excelente atención.
Don Antonio Suárez es una persona amable y con muchas ganas de contar la historia de cómo llegó a la ciudad de Futrono a unos 70 kilómetros de Valdivia. Arribó hace 18 años, desde Santiago, como parte de sus vacaciones, pero por amor se arraigó en este lugar lleno de árboles y rodeado por el Lago Ranco.
Desde ahí, todo cambió para este empresario capitalino, quien desde siempre estuvo ligado al rubro de las cecinas. Su abuelo, Manuel Suarez, llegó desde España a nuestro país, con muchas ideas de crecer económicamente. Lo que tenía en sus manos: el conocimiento de la realización del jamón serrano. Luego, sus tíos, junto con un alemán que contrataban para ciertas labores, le enseñaron cómo aliñar las carnes y el gusto de los condimentos para que a la gente le gusten los productos.
Cuenta que cuando creció, tuvo unas chanchas, pero por un tema de costos para matarlas y verificar el buen estado del animal, dejó de hacerlo y decidió comprar Súper Pollo y Súper Cerdo, la materia prima para crear sus productos y venderlos en el sur de nuestro país. «Yo compro la materia prima a para realizar mis cecinas» dice don Antonio Suárez, dueño de cecinas Roblería.
Uno pensaría que Futrono es una ciudad turística sólo en verano por el Lago Ranco, sin embargo, en esta época de otoño-invierno ingresan muchos turistas por las termas cercanas. «La gente del sur es de comer prietas, arrollados y jamón durante tod
o el año«, dice Suarez. De hecho, este negocio ha crecido tanto que en su empresa trabajan 16 personas, tiene la casa matriz y un supermercado en Futrono y reparten sus productos a Máfil, Valdivia, Los Lagos, Paillaco y Coique, donde venden dos mil longanizas a la semana. Y además envía mercadería a su hijo que vive en Santiago, todos los lunes para el negocio que posee en la capital de Chile, demás, de la pierna de cerdo sazonada, otro producto estrella son los chicharrones, los cuales realiza con grasa de animal y don Antonio reconoce que «son puro colesterol».
En sus locales venden chuleta, pollo, cazuela ahumada y paleta úper Pollo y Súper. Pero no sólo eso, también procesan gran parte de lo que compran para realizar el salchichón cervecero, jamón acaramelado, jamón artesanal, longaniza seca, chuleta kassler (adobada con el condimento de las longanizas, que luego se cuece y se ahuma)
«Se compra la carne y se añade un poco de tocino de buena calidad, se pica y se mezcla con aliños naturales, semillas de cilantro, comino, vino blanco, chicha de manzana, bien condimentado. Se revuelve bien, se amasa a mano, y se embuten en una máquina, pero se doblan a mano» – cuenta acerca del proceso de elaboración- pero más que eso es el gusto del aliño que corresponde, eso es lo que ha tenido éxito en la longaniza que yo vendo» cuenta don Antonio.
La higiene y la salubridad es otro de los temas que importan mucho a la hora de realizar las cecinas y sus derivados, y «Lo bueno que tiene Súper Pollo y Súper Cerdo es que viene todo envasado» por lo que puede tener la confianza de que todos los productos vienen con el sello de calidad que caracteriza a esta gran empresa nacional, la cual llega a todos los rincones del país.
«El poder ofrecer mis productos que son de la mejor calidad junto con la felicidad de atender bien a los clientes es lo que le llena de felicidad» finaliza don Antonio.
Por Carla Ilabaca