Toda una vida de sacrificios y anécdotas que hoy se recuerdan con alegría.
Hace 59 años que los suplementeros valdivianos lograron conformar un sindicato que vela por sus derechos, pero antes muchos de ellos debían repartir diarios a pies descalzos para poder ganarse la vida.
Fue el 1 de abril de 1954 el año en que un grupo de 55 personas pertenecientes al rubro de repartidores de diarios y kioskeros decidieron crear el primer sindicato de trabajadores independientes de suplementeros de la provincia de Valdivia.
La iniciativa que en ese entonces tenía como objetivo hacer valer el cumplimiento de las leyes y reglamentos que beneficien a los asociados y miembros, sigue estando vigente y desde hace 58 años tiene una sede social ubicada en la calle Chacabuco Nº571, lugar donde sus más de 50 socios junto a sus familiares se reúnen una vez por semana a conversar los temas concernientes a sus derechos, presupuestos o simplemente para rememorar viejas anécdotas.
Uno de los miembros más antiguos es Don José Riquelme, quién además de ser el actual presidente de la agrupación es uno de los socios más conocidos por la ciudadanía. Su puesto ubicado en calle Bernardo O`Higgins, a un costado de un reconocido restaurant de comida rápida, le ha permitido ser parte de la identidad valdiviana y de la agrupación por más de 50 años.
“Yo entré al sindicato en 1968 y estoy trabajando en este kiosko desde que tenía ocho años. Me acuerdo que venía a ayudarle a mi hermano a repartir el “Correo de Valdivia” y el “24 horas”, que eran diarios que desaparecieron cuando llego el Diario Austral en 1982. Si mal no me equivoco en ese tiempo las cosas eran distintas no existía el internet, que actualmente compite con la prensa escrita y nosotros éramos más jóvenes, podíamos participar de todas las actividades deportivas que organizaba el sindicato en aquellos años. Yo jugaba como volante izquierdo del club “Huracán Canillita”, que salió campeón en 1973 en Arica y participaba de los campeonatos nacionales de ciclismo del club de ciclismo “Suplementeros de Chile, esas cosas ya no se hacen ahora porque no están los medios ni las energías”, aseguro Riquelme.
De acuerdo a Don José hoy en día la prensa escrita compite con el internet y le es difícil superarla, lo cual ha afectado la vida de casi todos los suplementeros de la ciudad, haciendo que la venta de diarios o revistas se dificulte, sin embargo se las ha ingeniado para continuar con mucho esfuerzo este arduo trabajo.
Como es normal en su rubro él debe levantarse cerca de las 6 de la mañana para poder ir a retirar los diarios y revistas de los distintos proveedores para luego instalarse en su kiosko. De vez en cuando su señora, María Pérez, le lleva el almuerzo y se queda trabajando con él hasta las 8 de la noche, hora en la que decide guardar el material e irse a su casa como muchos otros suplementeros.
Una vida similar ha vivido al kioskero Israel Humberto Morales, quien a sus 65 años se adjudicó a finales de marzo el título de “Patrimonio Vivo Urbano” otorgado por la Universidad Austral de Chile (UACh) en el marco de la tercera Feria de Antigüedades realizada a los pies del Torreón “el Canelo” con un reconocimiento a la identificación con la ciudad.
Según cuenta Morales a revista 14 Sur, él lleva más de 45 años trabajando en el kiosko ubicado en calle Vicente Pérez Rosales y actualmente es padre de cuatro hijos, que ha sabido mantener gracias al fruto de su trabajo como vendedor de periódicos. “Viviana hoy es bióloga marino, Cecilia profesora de lenguaje, Israel Ingeniero Mecánico, y Freddy ingeniero en prevención de riesgo, todo eso gracias a la dedicación que ellos y yo hemos tenido estos largos años”.
Morales al igual que Don José fue presidente durante cuatro años y secretario del sindicato de suplementeros de Valdivia.
“Yo entre a los 11 años a la agrupación como una forma de reclamar nuestros derechos porque había mucha explotación. Recuerdo que durante el gobierno de Salvador Allende se pudo obtener la reforma previsional para los suplementeros como una repuesta al bajo porcentaje que recibíamos de las ventas, y por esa razón se terminó formando nuestro sindicato. En esos años las cosas eran difíciles, eran más difíciles que ahora, por el contexto”.
Don Israel en el año 2000 fue elegido presidente, su periodo duró cuatro años y después optó por el cargo de secretario de la agrupación. Cuando recién comenzó a trabajar en su kiosko le tocó vivir todo lo que fue el terremoto 1960.
“Creo que nunca habíamos vendido tantos diarios como en esa oportunidad, si no me equivoco fueron más de 500 ejemplares que la gente necesitaba para informarse de lo que ocurría”. El “Correo de Valdivia” era el único periódico grande que existía en aquel entonces, por lo mismo mucha gente se me acercaba y tenía que venderle, yo creo que fue ese uno de los hitos por los que más me recuerda la gente y el que me valió ser reconocido.
Según palabras de los miembros de la Dirección de Extensión y el rector Víctor Cubillos de la UACh, que estaban a cargo de la actividad el reconocimiento significó un premio al esfuerzo que Morales al igual que muchos otros suplementeros han realizado para mantener viva la identidad y tradición de la ciudad.